Este compositor italiano nació en Nápoles en 1770  y falleció en París en 1841. Se trata de un autor muy conocido entre profesores y alumnos de guitarra clásica. La sencillez de muchos de sus estudios y obras ha servido y sirve para la iniciación y formación de buena parte de guitarristas entre los que me cuento. Si bien comencé inicialmente a tocar la guitarra moderna, siempre recordaré la interpretación “de memoria” del estudio número 4 de Carulli por parte de mi profesor, Juan Florenti, y cómo esa música tan “tonal” te trasladaba a un época anterior, evocando los ambientes propios del momento histórico de este prolífico autor, (más de 300 trabajos musicales), poniendo “la banda sonora” a los cuadros, esculturas y construcciones de su época. Desde luego que se trata de una música muy agradecida de tocar con una hábil combinación de notas al aire y pulsadas, que resulta interesante para una digitación de aprendizaje.

Quizás el manual más conocido de este autor es “Studi per Chitarra” (Edicioni Suvini Zerboni-Milano), estudios seleccionados, revisados y digitados por Ruggero Chiesa (Camogli 1933- Milán 1993), en el que se integran 30 trabajos (27 estudios y 3 rondós), con una impresión muy clara e indicaciones precisas de digitación. Resulta difícil elegir entre tanta buena música y tan apropiada para estudiar. Pero si tengo que elegir me quedo con los estudios 8  (primera partitura de guitarra clásica que interpreté),  el 10  (que te traslada a los ambientes palaciegos de los siglos XVIII y XIX, el 15 con toda su nostalgia y particular estructura rítmica, y, por supuesto, los 3 rondós (28,29 y 30), -habiendo tenido la oportunidad y privilegio de grabar en un estudio el número 28 en 2016-, rondós que son un broche perfecto para cerrar el libro, con la peculiaridad de que el número 30 tiene un interesante juego de modulaciones no especialmente afines, como son La Mayor y La menor (nada menos que 3 sostenidos de diferencia aparte de la variación de modalidad), y, sin embargo, qué bien empastan en su partitura.

En definitiva, quería que mi primera entrada en el bloc fuese sobre este compositor, Ferdinando Carulli, quien inicialmente se dedicó al violoncello, y después a la guitarra de forma autodidacta, y que le tocó vivir en una época en el que la guitarra no estaba muy considerada en el ámbito musical clásico, además de haberse perdido buena parte de su repertorio y materiales de estudio , pese a la gloriosa tradición del instrumento , (y de su antecesor más importante , la vihuela),  en el Renacimiento. Con sus composiciones y métodos se consiguió disponer de material eficiente para la formación de los guitarristas de su época, siendo él mismo un excepcional profesor, legado cultural que  nos ha transmitido generosa y eficazmente  hasta la actualidad.