Hoy vamos a comentar la trayectoria de un músico superlativo de nuestro instrumento, en un estilo de música diferente a los tratados en esta sección, -que han sido mayormente de Rock y Música Clásica-, y es que esta tarde vamos a hablar de Jazz aprovechando la aportación del guitarrista de ascendencia latina Al Di Meola.

Nuestro artista nace en New Jersey el 22 de julio de 1954, por lo que acaba de cumplir 65 años. Sus primeros estudios musicales fueron curiosamente de percusión pero muy pronto, con sólo 7 años, comenzó a tocar la guitarra. Sobre este particular quiero plasmar una anécdota: Mis primeros estudios musicales los realicé en una Academia de Música Moderna en Oviedo, de la mano del multi instrumentista Elías Alonso, muy vinculado al Jazz, Centro en el que, además de solfeo y conceptos armónicos básicos, se impartían clases de instrumentos modernos: guitarra eléctrica -en la que obviamente estaba apuntado-, bajo eléctrico, batería, saxo, piano digital, órgano, etc. Y un día se interrumpió una clase colectiva de solfeo puesto que nuestro profesor tuvo que abrir la puerta de entrada de la academia, (no había en ese momento quien lo hiciera), presentándose un niño de corta edad acompañado de sus padres, entrando y observando los diferentes instrumentos que había por el inmueble. Los padres parecían interesados en que el niño tocase el órgano, pero… no hubo manera, el chico quedó entusiasmado con la batería y no dejaba de insistir en que “quería tocar el tambor”. No sabemos si finalmente persuadió a sus padres para apuntarse a percusión o más bien si aconteció al revés y acabó tocando un instrumento elegido por ellos; anécdota que me hace pensar en si Di Meola habrá elegido la guitarra por decisión propia o fue “empujado” por su entorno familiar para que no profundizase en la percusión (una batería es un trueno de decibelios), pero, en cualquier caso la decisión, como veremos, fue brillante.

Al Di Meola seguramente podría haber tocado con excelencia cualquier instrumento porque nos encontramos con uno de esos músicos que transmite desde sus primeros años unas habilidades talentosas para la música que no pasan desapercibidas para sus docentes, y que pronto es capaz de ir desarrollando una madurez musical impropia de su edad. En sus entrevistas hace mención a una primera influencia de un maestro local llamado Bob Astanian, pero sus gustos musicales iniciales van de la mano del Country con Doc Watson, del Jazz con Tal Farlow y del Jazz fusión con Larry Coryell.

Con apenas 16 años Al Di Meola se matricula en la Berkley School of Music de Boston si bien “su bautismo” en los escenarios profesionales llega a los 19 cuando recibe la llamada de Chick Corea para integrarse en “Return the Forever”, sustituyendo al guitarrista Bill Connors. Y la experiencia resulta “hipersónica”, pronto llama la atención su manera magistral de tocar la guitarra, con personalidad propia pero sin dejar de empastar perfectamente en el grupo, destacando especialmente su fraseo veloz y preciso, que pronto llega a ser imitado por otros guitarristas del Jazz-Rock (y estamos en una época en la que había muchos y buenos, despertando la admiración del propio Larry Coryell o del guitarrista inglés John McLauglin, al que otro día le dedicaré un espacio en esta “grandiosa familia de músicos” que integran este blog.

De la mano de su primera banda, “Return the Forever”, Al Di Meola se consolida, junto con el bajista Stanley Clarke y el baterista Lenny White, dentro de la escena del Jazz-Rock, destacando los trabajos discográficos “Where have I Known you before” (1974), “No Mystery” (1975) y, sobre todo, “Electric Warrior” (1976).

Consolidada su fama mundial en la escena jazzística, nuestro protagonista inicia carrera en solitario en 1976, con un álbum titulado “Land of the Midnight Sun”. Estamos en una época en la que este Jazz enriquecido por el Rock, llega a un público más variado, procedente de otros estilos musicales, pero que con el Jazz fusión, que bebe de otras fuentes y estilos musicales, se encuentran perfectamente integrados, máxime por la calidad que destila un músico tan excepcional. Es interesante comprobar que nuestro artista no se olvida de quien le dio la primera oportunidad de actuar para el gran público, Chick Corea, y le invita a participar en este trabajo en solitario interpretando un tema a dúo con él : “Short Tales of the Black Forest”.

Al Di Meola no para, y al año siguiente saca un disco de mayor éxito: “Elegant Gipsy”, en el que participa, nuestro gran guitarrista flamenco, el tristemente desaparecido en 2014, Paco de Lucía, -cuya biografía fue tratada aquí el 30-11-2018-, con la pieza “Mediterranean Sundance”.

En 1978 presenta un nuevo disco titulado “Casino”, considerado uno de sus trabajos más virtuosos en los que cobran un mayor protagonismo las guitarras acústicas y españolas. Pero como todos los buenos artistas, también Al Dimeola sufre la curva inversa del éxito. Efectivamente, quizás porque cada vez el listón de sus composiciones subía en calidad y reconocimiento, el siguiente álbum, por cierto doble, no sintoniza con el gran público como los anteriores; hablamos de “Splendido Hotel”, en el que nuestro guitarrista de ascendencia latina, -como ya apuntamos-, intenta profundizar en la música de sus ancestros, en sus raíces, pero sin el éxito que otros grandes de la guitarra que exploraron estos campos, obtuvieron; recordemos la figura de Carlos Santana que consolida un estilo, el Rock con ritmo latino y afrocubano (puede consultarse su biografía escrita en este blog el 3-5-2019).

Sin embargo, pronto iba a llegar un momento mágico en su trayectoria musical, cual fue la gira mundial compartida con Paco de Lucía y John McLaughlin, que cristalizará en el disco “Friday Night in San Francisco” (1981); gira que propició que por vez primera escuchara su nombre al igual que el de John como acompañantes de Paco de Lucía. Pese a mis 10 años no pasó desapercibida esta gira en una televisión pública de dos canales, que carecía de competencia en aquellas fechas, y que ponía en valor con toda justicia al guitarrista español en comandita con otros grandes de la guitarra mundial, un norteamericano (Al Di Meola) y un inglés (MacLaughlin), en una época en la que todo lo que venía de fuera de España nos parecía superior. Visto hoy, desde la perspectiva del tiempo y del conocimiento, estos tres monstruos de la guitarra eran demasiado buenos como para clasificarlos.

Posteriormente sacó dos trabajos: “Electric Rendezvous” y “Tour de Force”, ambos en 1982, si bien la nueva década llevará a Di Meola por escenarios más intimistas y alejados del gran público, ya que el Jazz-Rock no estaba en la línea comercial precedente, si bien no se encasilla en unos sonidos “setenteros” sino que incorpora teclados y sintetizadores adaptados a las guitarras aprovechando la electrónica de la época. Es el turno de “Scenario” (1983), formando seguidamente la formación “Al DiMeola Proyect” con músicos de gran prestigio, como el pianista Phil Markowitz, los percusionistas Airto Moreira y Danny Gotlied, y el contrabajista Chip Jackson, publicando “Soaring through a Dream” (1985) y “Tirami Su” (1987). En este último año Al Dimeola grabó un disco en Grecia con el popular cantante griego, Georges Dalares, si bien es un trabajo que se editó solamente en ese país.

A pesar de una menor popularidad en la década de los 90 su talento no dejó de crear: “Kiss My Axe” (1990), “World Sinfonía” (1991), “The Best of Al DiMeola. The Manhattan Years” (1992), “World Sinfonia Two-Heart of the Inmigrants” (1993), “Orange and Blue” (1994), “Acoustic Anthology” (1995), “Di Meola Plays Piazzolla” (1996), “The Infinite Desire” (1998), “Christmas: Winter Nights” (1999), “World Sinfonía III-The Grande Passion” (2000), “Anthology” (2000), “Flesh on Flesh” (2002), “Al Di Meola Revisited” (2003), “Vocal Rendezvous” (2006), “Consequence of Chaos” (2006), “Diabolic Inventions And Seduction of Solo Guitar” (2006), “LaMelodía Live en Milano: World Sinfonía” (2008), “Riviera Maya Jazz Festival” (2010), “Pursuit of Radical Rhapsody” (2011), “All Your Life: A Tribute To The Beatles” (2013), “Elysium” (2015), “Morocco Fantasia” (2017) y “Opus” (2018). Como vemos, Di Meola prácticamente ha editado un disco por año natural aunque no hayan tenido estos últimos trabajos el reconocimiento de su primera etapa.

Sus colaboraciones con otros artistas han sido variadas y constantes. Sin ir más lejos en 1996, a los 15 de aquella gira mundial tan recordada, colaboró de nuevo en “The Guitar Trio” con Paco de Lucía y John MacLaughlin, rememorando el recordado trabajo “Friday Night in San Francisco”.

Di Meola no puede decirse que sea un músico de una guitarra concreta, de hecho es de los guitarristas que más han interpretado en muy distintos tipos de guitarra, tanto acústicas y españolas como eléctricas. Las más utilizadas por Di Meola serían las acústicas “Ovation”, (especialmente en la década de los 70), mostrando preferencia por el modelo Ballader, pero también las Gibson (Les Paul), Fender (Stratocaster) e incluso Yamaha (SG).

Al Di Meola es desde luego un intérprete virtuoso, que tuvo su momento más importante en esos años setenta en el que se alinearon su talento y fervor juvenil con un estilo de proyección popular, pero que no tuvo una continuidad en los años posteriores, si bien puede decirse que su gran mérito, además de su maravillosa técnica instrumental, fue el de haber explorado nuevos sonidos y técnicas en el Jazz, estilo ya de por sí complejo y muy evolucionado por su particular mixtura entre su base rítmica, habitualmente sincopada, y la diversas melodías solistas improvisadas de todos los integrantes de la banda. Quizás su menor popularidad actual pueda deberse a que nos encontramos ante un músico con estilo propio y gran personalidad que no ha querido o no ha sabido adaptarse a los tiempos y públicos actuales. Pero casos como el suyo en gran medida nos reconcilian con la música y conmueven puesto que su trabajo, constante durante décadas, resulta auténtico y, seguramente, puede ser igual de feliz tocando lo que transpira su alma en un pequeño teatro, para nostálgicos de su época y algún “no iniciado”, que llenar un gran auditorio de variopintos seguidores interpretando una música más artificiosa que natural. No te retires nunca Al, contigo expresiones como “producto”, “industria” o “gran público” no encontrarían acomodo en tu arte.